La situación actual de los embalses que abastecen a Bogotá

La ciudad de Bogotá se enfrenta a un panorama preocupante en cuanto a la disponibilidad de agua para sus habitantes. En las últimas semanas, la capacidad de los embalses que abastecen a la ciudad ha mostrado una tendencia a la baja, lo que ha generado la necesidad de estudiar posibles medidas adicionales para asegurar el suministro de agua. Entre estas, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) evalúa la posibilidad de volver a implementar turnos de racionamiento de agua cada 10 días, una medida que ya ha sido aplicada en ocasiones anteriores, pero que podría resultar insuficiente si la situación continúa empeorando (Reinoso, 2024).


El estado actual de los embalses

El sistema de abastecimiento de agua de Bogotá depende en gran medida del sistema Chingaza, que proporciona el 70 % del agua que consume la capital. Este sistema está compuesto principalmente por dos embalses: Chuza y San Rafael. El embalse de Chuza, el más grande, ha visto una disminución en su capacidad, alcanzando un preocupante 38,84 % a inicios de septiembre de 2024, mientras que San Rafael, aunque en mejor situación, se encuentra al 76,40 % (Reinoso, 2024). Esta tendencia descendente ha generado alertas, ya que se espera que la capacidad de los embalses continúe disminuyendo debido a la falta de lluvias en las zonas que abastecen a estos sistemas.

La problemática se agrava con el hecho de que las lluvias han sido deficitarias, no solo en el sistema Chingaza, sino también en otras áreas clave de la cuenca de la Orinoquia, de donde se captan las aguas para el embalse de Chuza. Esto ha sido confirmado por el director de la Corporación Autónoma Regional (CAR), Alfred Ballesteros, quien también ha señalado que las altas temperaturas y la escasez de precipitaciones han afectado el estado de los embalses del agregado norte, que están al 56,11 % de su capacidad (Ballesteros, citado en Reinoso, 2024).

Medidas propuestas y perspectivas

Ante esta situación, la EAAB ha propuesto una serie de medidas para mitigar la crisis. Entre las más discutidas se encuentra el regreso a un racionamiento más estricto, reduciendo los turnos de racionamiento de 18 a 10 días. La gerente de la EAAB, Natasha Avendaño, ha señalado que esta medida está en evaluación y que, de ser implementada, se anunciaría con antelación para que los usuarios puedan prepararse (Avendaño, citado en Reinoso, 2024).

No obstante, la efectividad de esta medida por sí sola es cuestionable. El profesor Juan Saldarriaga, de la Universidad de los Andes, ha señalado que el racionamiento debería haberse planteado desde principios de 2023, cuando se sabía que el fenómeno de El Niño tendría un impacto considerable en el clima del país. Además, ha advertido que la infraestructura de abastecimiento de agua de Bogotá no es resiliente, lo que implica que el sistema no está en capacidad de responder adecuadamente ante eventos climáticos adversos (Saldarriaga, citado en Reinoso, 2024).

A pesar de estas críticas, la EAAB ha señalado que el sistema de abastecimiento de Bogotá no depende únicamente de Chingaza. La planta Tibitoc, que capta agua del río Bogotá, ha sido fundamental para suplir la demanda, y la ampliación de su capacidad de tratamiento está prevista para finales del primer trimestre de 2025, lo que podría aliviar la situación a largo plazo (Reinoso, 2024).

Conclusión

En resumen, la situación actual de los embalses que abastecen a Bogotá es crítica, con una clara tendencia a la baja en su capacidad de almacenamiento. Las medidas propuestas por la EAAB, como el racionamiento más frecuente, son necesarias, pero no suficientes por sí solas. Se requiere un enfoque más integral, que considere tanto la optimización de los recursos disponibles como la implementación de infraestructura más resiliente a largo plazo. Mientras tanto, la ciudadanía debe tomar conciencia de la importancia del ahorro de agua, una acción que podría ayudar a mitigar los efectos de esta crisis.

Referente:

  • Reinoso, G. (2024, septiembre 10). La Empresa de Acueducto de Bogotá estudia medidas adicionales, entre ellas volver a los turnos de racionamiento cada 10 días. El Tiempo.

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